viernes, 17 de febrero de 2012

CIUDADES INDUSTRIALES
Renovación de las instalaciones. Nuevos servicios secundarios.  . Francois Eugene Belgrano es el encargado de las instalaciones hidráulicas. Proyecta los nuevos acueductos y las instalaciones para la extracción del agua del Sena, aumentando el suministro.  . Nueva red de alcantarillado, 560 km. Solo quedan 15 km de los 146 km originarios.  . los desagües se trasladan río abajo.  . Los puntos de iluminación se triplican a 32.320 mecheros a gas.  . Se reorganiza el sistema público de transporte público con coches a caballos, es concedido a una sola compañía
La Revolución Industrial transformó la vida de la ciudad e hizo posible una mayor productividad, que determinó sostener concentraciones demográficas cada vez más densas en Europa y posteriormente en otras zonas del mundo. Teniendo un punto de partida en el proceso industrial durante los siglos XVIII y XIX, que requirió la concentración de la mano de obra cerca de las fuentes de energía y transporte. Aportes Es cuando la introducción de nuevos materiales como el cemento, el hierro y el cristal determinaron el nuevo reto constructivo propio de la revolución industrial. Las fábricas, las minas y el ferrocarril, estimularon la formación de nuevos núcleos urbanos que dieron al traste con los conceptos tradicionales del urbanismo. Y la superpoblación de las ciudades industriales, se unió la deficiente planificación constructiva, insuficiencias infraestructurales y una creciente contaminación ambiental.
París
La ciudad de parís no puede soportar el peso de un organismo tan desarrollado. 
Napoleón III tiene un interés directo en la realización de grandes obras públicas en París, para:  . Consolidar su popularidad  . Hacer más difícil futuras revoluciones, demoliendo las calles medievales y  sustituyéndolas por arterias espaciosas y rectilíneas, adecuado para el  movimiento de las tropas.
La revolución industrial, que se inició en Inglaterra a fines del siglo XVIII y en el resto de Europa en el siglo XIX, produjo un rápido crecimiento de las ciudades. Estas tuvieron que acoger a la creciente mano de obra que acudía desde el campo a trabajar en las nuevas fábricas.